Abandonamos Ksamil y tomamos ruta hacia el norte por la ribera albanesa. A una hora está Borsh, pueblecito con la playa más extensa de la zona con unos 7 kilómetros de largo. Pero nuestro objetivo era tomarnos un café sobre una cascada. Y es que una corriente de agua natural fluye por debajo de un restaurante en el centro del pueblo y desemboca hacia el mar. Una sensación de frescura y relax.
Siguiendo hacia el norte, la carretera permite parar en varios miradores para contemplar unas vistas impresionantes. La abrupta costa continua serpenteante regalándonos incomparables estampas.
Y así llegamos a Porto Palermo una joya por descubrir. Una bahía cerrada donde el verde, el amarillo y el azul juegan a recrear un paisaje de cuento. En realidad, estamos ante un conjunto de calitas.
La principal está situada en una pequeña península y nos da acceso al Castillo de Ali Pasha. En su interior un amable guía nos ha contado más aventuras de este pasha otomano. Hemos visitado varías habitaciones, las celdas y subido a sus torres para disfrutar de unas bonitas vistas de toda la bahía. Saioa, que sepas que nos hemos enterado hoy que el escalafón en el imperio otomano era de la siguiente manera: Sultán - Pasha - Visir. Y que de los veintitantos pashas que había por aquí, Ali Pasha era el número uno.
Os seguiremos informando.
Hola chicos,
ResponderEliminarEl paisaje sigue siendo espectacular y sorprendente que las playas tengan semejante cantidad de hamacas y sombrillas, supongo que no serán excesivamente caras .
Besitos
2 hamacas y la sombrilla entre 6-8€ para toda la jornada.
ResponderEliminarUn poco caro para la economía de Albania, no??
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